MUNDUS entrevista a Fermín Merlo


Nuestro colaborador Damián Karamán, conversa con Fermín Merlo. Nos habla de sus influencias y nos da su opinión sobre la escena actual del jazz local. A continuación un extracto de nuestra charla.

MUNDUS MUSICA: ¿Cuáles son los instrumentos a través de los cuáles te fuiste expresando en tu formación musical? 


FERMÍN MERLO: Me encanta responder esta pregunta: si bien la batería ha sido mi instrumento “oficial” (el que estudié formalmente con maestros y en el conservatorio; y con el que me subí al escenario y eventualmente hice un recorrido “profesional”); ha habido otros instrumentos que en mi intimidad han sido herramientas de investigación y han permitido aprendizajes y conquistas de importancia fundamental y absolutamente constitutivos. El bajo, en primerísima instancia, al mismo tiempo que empezaba con la batería, alrededor de los 10 años. ¡Medalla de oro para el bajo! Mucho más adelante el piano fue muy útil para investigar ciertas cosas y le entré. Y en última instancia, desde hace un par de años, el vibráfono: este cumple una función doble; lo que parecía un instrumento auxiliar - como fueron el bajo y el piano – rodó (tiene rueditas, ja) a los escenarios y estudios de grabación.


MM: ¿Cuáles son los músicos que fueron tu punto de mira en tales instrumentos?


FM: Todo cambió cuando en la videoteca de mi papá (pre internet, esto era VHS) descubrí: Weather Report con Jaco Pastorius. Y Mingus. Listo. Ahí supe que quería tocar. Quería hacer eso. Los Beatles y los bajos de McCartney comparten el podio. Ahí comenzó todo el rollo. ¡Medalla de oro para el bajo! 

MM: Habiendo estado desde muy chico (hijo y sobrino de músicos) en contacto cotidiano con grandes músicos de quienes serías futuro colega crees que eso ¿facilitó o por el contrario le colocó una vara alta a tu decisión de dedicarte profesionalmente a la actividad musical?

FM: Supongo que las dos cosas son verdad. Que lo facilitó no hay dudas. Me facilitó penetrar en la escena, porque desde el comienzo cuando muy jovencito me invitaron y crecí en ella. Y eso me dio la seguridad y certeza de que era posible. Y con respecto a la altura de la vara, supongo que también es verdad. De cualquier modo eso es algo positivo. Y la vara con el tiempo va cambiando. La suerte es un arma de doble filo. Lo que a simple vista aparenta una situación privilegiada, que definitivamente lo ha sido, visto de otra perspectiva puede verse de otra manera. Sospecho ese es tu punto con la pregunta y “la vara”. La vara puede ser: ¿cuánto de lo que tengo es mío, cuánto heredado? ¿Cuánto deliberadamente elegido, cuánto arrastrado por la inercia? Ese es el desafío más alto!!

MM: Aun teniendo presente la fuerte impronta de improvisación que atraviesa todo el género ¿encontrás diferencias entre interpretar tu música o la de los músicos con los que tocás habitualmente frente a la interpretación de los standards del repertorio tradicional del jazz?

Si. Claro. Lo primero es una búsqueda un poco “más propia”, o por lo menos así lo siento yo. Propia a nivel grupal, y personal. Es música nueva que buscamos cargar de algún sentido, que descubrimos a medida que la interpretamos. Los standards han sido tocados por millares de artistas durante décadas. De alguna manera la experiencia que uno puede tener con ese repertorio ya está filtrada por todo aquello, entonces el tipo de búsqueda que uno emprende al reinterpretarla, por lo menos para mí, es diferente. 


MM: Desde tu juventud y también desde tu experiencia, ¿cómo ves la escena y la actividad musical en Buenos Aires?

FM: Me parece genial. ¡Supongo que diría lo mismo de cualquier actividad musical en cualquier parte del planeta! Jaja. Pero por lo menos en lo que respecta a mi universo musical que se concentra fundamentalmente en Buenos Aires capital (menos que eso, sólo algunos barrios) y a un círculo de músicos que tocan con una impronta más bien “jazzística”, para mí en estos diez años en los que he estado activo ha sido un terreno súper fértil: siempre rodeado de músicos súper talentosos y con fuerza, formando cantidad de proyectos diferentes que a mí me permitieron experimentar y desarrollarme en lo que me interesaba. 

Con frecuencia (cada vez más) recibimos visitas de artistas de gran calibre y consagrados a nivel internacional (siempre refiriéndome al terreno del “jazz moderno”) que vienen a tocar con sus proyectos o formar proyectos con músicos locales, y a enseñar a los jóvenes; eso ha sido de gran impacto para mí. 

Buenos Aires también recibe mucha gente de otros países de Sudamérica, que vienen aquí a buscar aquello que no se consigue en muchas otras ciudades de la región (eso habla por sí solo).

MM:  Por último, el viernes 22 en Virasoro habrá un plato especial: los Alonso y los Merlo. ¿Cómo se gestó el encuentro? ¿Cuáles son tus expectativas?

FM: Primero conocí mil historias maravillosas de Armando, que me contó mi viejo (ellos curten hace mil años, desde jovencitos). Luego tocamos trío con Armando, y comprobé que era una personalidad tan fascinante como contaban las historias. Y en una oportunidad viajamos con mi viejo (de esto hace años) a Chivilcoy, donde vive Armando, para tocar con él y fue ahí donde tocamos “los Alonso y los Merlo” por primera vez, aunque fue breve: Amadeo subió y cantó una o dos canciones con nosotros.

Por muchos años no volvieron a cruzarse nuestros caminos, hasta que armamos esto para Virasoro. Ahora Amadeo pela la viola, que toca como los dioses. ¡El grupo raspa!!

(Buenos Aires - 18/9/2017)

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